domingo, 20 de enero de 2013

EMBUSTERA BIOGRAFÍA

REFLEXIÓN  MATUTINA DE UN VIEJO LOBO DE MAR

Tetraheroica Veracruz  el domingo 20  de enero  del 2013.

    
Recibí en mi correo el facsímil de una entrevista efectuada por Edgar Onofre al Profesor de la Universidad Saint Andrews, Will Fowles en la que el escocés menciona en su libro titulado “Santa Anna” y editada ni más ni menos que por la Universidad  Veracruzana, que si Su Alteza Serenísima, como se hacía llamar Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón se hubiera muerto del cañonazo que le voló la pata en 1838 durante la invasión francesa a Veracruz conocida como “La Guerra de los Pasteles”  , el “Quince Uñas” sería un héroe.      

EMBUSTERA BIOGRAFÍA  


Por: Edwin  Corona  y  Cepeda

  
Tiene la culpa de este desaguisado y sus consecuencias,  el estúpido artillero  francés que disparó el cañonazo, ya que si hubiese apuntado un poco más arriba, entonces le vuela la cabeza y nuestro territorio permanecería incólume y sin pérdida y no tendría que soportar tan embustero argumento solapado por la Universidad Veracruzana y pagado con dinero de los contribuyentes en la Editorial de la mencionada institución.
   
En dicha presentación el profesor escocés mencionó que existía una versión de que Santa Anna, conocido también como “La Cucaracha” por aquello de que no puede caminar, era liberal, republicano, federalista y amigo de Vicente Guerrero, pero no menciona o no ha investigado que traicionó a los liberales, enemistó, pleito que no termina aún a yorkinos y escoceses,  elaboró el Plan de Casa Mata en el que menciona la constitución de la República Mexicana con el objetivo de desbancar al supuesto emperador, su compinche, Agustín I (Iturbide); que tras la aprehensión y fusilamiento de Guerrero se le mencionó como  el autor intelectual de la traición de Picaluga y que, aún antes de ocupar la presidencia, el pueblo lo identificaba con el nefasto General Relumbrón de la novela de Manuel Payno “Los Bandidos de Río Frio”.
  
Cuidase también Fowler de mencionar su falta de conocimientos tácticos, que en más de una ocasión le ocasionaron serias derrotas como aquella sufrida en  Tampico en 1829 cuando atacó a los españoles en medio de un fuerte “norte” , o el de la supuesta derrota de La Mesilla, donde todas sus ordenes apuntaban a favorecer al enemigo, ante las protestas de sus subordinados.
   
Cuidase mucho el hijo de Chabelita de Escocia de mencionar los honores, con los que, ya siendo Presidente de la República, exigió efectuar a la pata perdida en Veracruz, ni el túmulo levantado en honor de este colgajo y que el propio pueblo, indignado ante tal abuso, se encargó de destruir.
     
Tampoco menciona a su guardia pretoriana en donde a nuestros prietitos “juanes”  se les atavió con enormes gorros de Astrakán y pesados abrigos prusianos, mientras el implacable sol les caía a plomo durante las guardias de sus haciendas Manga de Clavo y El Lencero en Veracruz.
   
Y es que  Don Antonio López de Santa Anna  según asienta su biógrafo escocés, siempre iba hasta adelante en las batallas. Y prueba de ello, aunque tampoco lo menciona, es la captura  del “insigne guerrero de Cempoala”  efectuada por Sam Houston y sus cuatreros compinches a la orilla del río con ese nombre,  en donde el valiente general mexicano fue aprehendido al disponerse a vencer, en una batalla carnal a una morenaza de fuego que le enviaron de carnada. Es casi lo mismo que le pasó al Tigre de Santa Julia, pues lo agarraron con los pantalones abajo.
     
Dejemos de lado la observación que realiza sobre la relación con Don Benito Juárez, rota precisamente por la pasmosa serenidad del oaxaqueño, quién se tuvo que exilar en Nueva Orleans y tras un azaroso viaje se unió a las fuerzas de Don Juan Nepomuceno Álvarez para combatir la dictadura santannista.
     
Casi para terminar su entrevista, Fowler define a Santa Anna como un próspero hacendado, que pasaba más tiempo en Veracruz que en México y como tal se convirtió en la figura más importante del estado porque controlaba la carretera que va del puerto a Xalapa (entonces se escribía Jalapa) por la que, en ese momento pasaba todo lo que entraba y salía del país. Y – continúa – si él quería influir en la política nacional, lo único que tenía que hacer era tomar la aduana, quedarse con el dinero y no dejar entrar ni salir el comercio. Así el gobierno tenía que escucharlo. 
    

Y si eso no se llama robo, abuso y prepotencia, entonces no encuentro como clasificarlo. Y todo por culpa del estúpido artillero francés.
     
Pero lo que más indigna es que, la edición de este mentiroso mamotreto  escrito por un extranjero se realice bajo el patrocinio y auspicios de una universidad mexicana.
                                                          

Una historia que empaña el oscuro proceder de la Iglesia Católica, sucedió en el Siglo IX, donde una mujer ocupó el Trono de San Pedro. Por más que la Iglesia ha tratado de desmentir este hecho, en este artículo, apoyado en testimonios de personajes de la época, el Maestro Frank Barrios Gómez nos relata que este suceso no se trató de una simple invención para desacreditar al catolicismo, ya que los hechos fueron aceptados por la propia Curia hasta finales del Siglo XV, borrando posteriormente de un simple plumazo toda mención clerical al respecto.   

LA  PAPISA  (Juana de Ingelheim)

Por: Frank  Barrios  Gómez
   
El clero católico siempre se ha caracterizado por la imposición de dogmas, además de manipular  la Palabra Sagrada, de acuerdo a su conveniencia. Parte de la información que existe sobre este extraño suceso no la pudieron desterrar por completo, apareciendo en su momento por gracia divina, en manos de gente ajena a los jerarcas católicos, porque de lo contrario, ahora sí la hubieran desaparecido, para que la humanidad no conociera la verdadera historia de los hechos.   Este material es  conocido como  “Los evangelios gnósticos”, y el “Evangelio de Judas”  encontrados en Nag Hammadi, Egipto, en 1947.
    
En su novela, “La Papisa”, la escritora inglesa Donna W. Cross, expone infinidad de pruebas que denotan la existencia de Juana de Ingelheim, o Juan, mientras que cardenales, obispos, sacerdotes y monjes, escribieron sobre este hecho que para la Iglesia Católica fue un acto vergonzoso, siendo conocido como “Juan VIII”, cuyo reinado duró 2 años, 5 meses y 4 días.
   
Algunos historiadores sitúan a Juan VIII como sucesor del Papa León IX (847-855) y antes de Benedicto III (847-855). El monje benedictino, Mariano Scotus (1028- 1086), conocido por sus crónicas hacia la Iglesia Católica, en uno de sus escritos anotó: “El Papa León murió en las Calendas de agosto. Fue reemplazado por Juana, una mujer que reinó 2 años, 5 meses y 4 días”.
   
Sigerbert de Gemblours, monje benedictino, nacido en el año 1030, en “La Chronographia”, se enfoca a lo que sucedió en el año 854. “Se rumora que este Juan es una mujer, conocida así solamente por su familiaris (compañero) que terminó embarazándola. Dio a luz mientras era Papa, debido a esto, mucha gente no la cuenta entre los Papas…”
   
Juana nació en Ingelheim, cerca de Mainz, Alemania. En ese entonces, la mujer tenía vedado estudiar, por lo que ella se las ingenió para ingresar a un convento de monjes, disfrazada de hombre con esos hábitos.
   
Gracias a su gran sabiduría, pronto destacó en el monasterio, resplandeciendo además de sus conocimientos, su enorme belleza que cautivaba a quienes estuvieran en contacto con ella.
   
No pudo seguir ocultando su feminidad, ya que los más viejos del convento notaron que algo no entonaba en la masculinidad de Juan. Y es así (como se aprecia en una película del tema), cuando en un momento se le viene un sangrado (menstruación), siendo descubierta en el acto. Afortunadamente quienes la descubrieron no eran monjes fanáticos, poniéndose de su lado, sugiriéndole que lo mejor era que abandonara el monasterio, porque comenzaban a desatarse rumores y de continuar ahí, pronto sería descubierto su aspecto sexual.
   
Se cuenta que Juana se enamoró muy joven, a la edad de 12 años. Se trató de un monje, y para seguirlo se disfrazó de hombre, ingresando al monasterio, registrándose con el nombre de Juan Anglicus. (Juan El Inglés)  De día se dedicaba a la oración y de noche al amor.
   
Tanto Juan o Juana, como su amante, fueron descubiertos en pleno idilio y tuvieron que huir del monasterio. Cada quien siguió su propio rumbo. Juan se dirigió a Roma, ingresando al Vaticano, donde pronto destacó por sus conocimientos.
   
El Papa León IX se encontraba muy enfermo en ese entonces y se temía lo peor. Pero gracias a sus conocimientos de medicina herbolaria, Anglicus lo curó y a partir de ese momento, el Pontífice lo nombró su secretario particular, consultando con él cualquier suceso antes de tomar una decisión.
   
Esto, como es natural, despertó la envidia de quienes ya tenían contemplado a quien sentar en la silla papal, y por añadidura otorgar los puestos que ya sentían para sí dentro del Vaticano.
   
A la muerte de León IX, se tuvo que nombrar un sucesor al papado, recayendo la responsabilidad en el joven Juan Anglicus, quien en un principio no quería aceptar, pero fue aconsejado para que tomara posesión del puesto. Juan VIII fue el nombre que asumió como Pontífice.
   
Pudieron más sus necesidades fisiológicas, que siendo Papa, se enamoró, presumiblemente de alguien cercano a él, y comenzaron a tener un tórrido romance. Los allegados al Papa, conscientes de su situación como mujer, llenaron de muchos privilegios a ese joven, comprando su silencio, además de ir de por medio su vida.
   
Pero sucedió lo inevitable, Juana resultó embarazada y gracias a lo holgado de su vestimenta, pudo ocultar ese detalle. Todo se tenía previsto para que llegado el momento, se dirigiera a una de las casas de descanso del Vaticano para que diera a luz, y esa criatura fuera dada en adopción a una familia muy católica, que se encargaría de protegerla y educarla.
   
Pero por su altruismo, Juana seguía ayudando a los más necesitados. Fueron en vano los ruegos de sus allegados para que se retirara al campo a dar a luz. Calculó mal el momento y en una de sus procesiones, de pronto se sintió mal, cayendo del caballo con fuertes dolores de parto.
   
El populacho, horrorizado vio lo que sucedía. El Papa era una mujer. Se olvidaron de lo dadivoso que había sido con ellos y de inmediato la ejecutaron a pedradas. Hay varias versiones al respecto. Unas dicen, que fue atada de los pies al caballo, al que desbocaron para que tuviera ella muerte cruel. A la criatura, unos dicen que la asesinaron en el acto, mientras otros afirman que fue dada en adopción a una familia católica.
   
Para no cometer el mismo error, se instauró en el Vaticano la “sella stercoraria”, una silla que tenía un orificio, donde el nuevo Papa se sentaba desnudo. Un capellán se acercaba y se cercioraba de su virilidad. Además de ver, tocaba los genitales y si todo estaba bien decía: habet duos testículos et bene pendentes” (tiene 2 testículos y cuelgan bien). Esta práctica cayó en desuso, pero de que una mujer dirigió los designios del Vaticano, son muchos los cronistas que lo aceptan, y la Iglesia lo aceptó hasta el siglo XVI. A pesar de no aceptar en estos momentos ese hecho, más de 500 documentos lo avalan.

 SUGERENCIA DEL CHEF.
Para sus ensaladas tenga en el refrigerador el siguiente aderezo: Aceite de oliva, ajo molido, sal y pimienta.

COMENTARIOS.
El Durango y el C-07.- Que triste destino para dos barcos con tanta historia por donde pasaron tantas generaciones de marinos.- Capt. Alt. Eduardo Meixueiro Mancisidor

Desaparecen Pemex Exploración y Producción.- Emilio Lozoya Austin, Director General de Petróleos Mexicanos (Pemex), busca desaparecer los cuatro organismos en que está constituida la paraestatal y sustituirlos por dos direcciones generales, una dedicada a Exploración y Producción y otra a actividades industriales..-Luis Carriles.- El Universal

PICADAS  JAROCHAS.

POESIAS  SANTANNISTAS.

Por si Mr. Fowles no las conoce

Adivinanza después del solemne entierro de la pierna del Señor Presidente.

Es Santa si ser mujer,
es rey sin cetro real,
es hombre, más no cabal,
y sultán, al parecer.
Que vive, debemos creer;
parte en el sepulcro está
y parte dándonos guerra.
¿será esto de la tierra
 o qué demonios será?

CONTRA  SANTA  ANNA
Antonio Plaza ( 1833-1882)
El éxito no fue malo,
vencimos a los traidores,
y volví pisando flores
 con una pierna de palo.

CUANDO
Fragmentos

Cuándo llegará ese cuándo,
 cuándo llegará mañana, 
que le den  sus pildoritas
al jovencito Santa Anna.

Con hipocresía malvada
so color de patriotismo
nos da la nueva asonada
dizque contra el centralismo

Poinset apoyó  encontró
en su arte maquiavelino
con un ministro yorkino
que por fortuna murió.

Nota.- Esta última estrofa se refiere a la intervención del embajador estadounidense Joel R. Poinset apoyada por el Ministro de Santa Anna, José María Tornel y Mendívil, personaje que, según Fowles, le inspiró en el estudio del “Pata bendita” mexicano.

¡QUE TENGAN  UN  BUEN  DÍA!
Comentarios y sugerencias al correo edwin_coronaii@hotmail.com

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