lunes, 14 de enero de 2013

Y hablando del priismo, en Córdoba


Y hablando del priismo, en Córdoba sigue en rojo de alerta el semáforo electoral para ese partido pues a tres meses de la fecha para seleccionar a sus candidatos a la alcaldía y la diputación local, y seis meses de los comicios del mes de julio, no repuntan en popularidad las propuestas de Palacio de gobierno. En las últimas mediciones el secretario del Trabajo, Marco Antonio Aguilar Yunes, quien sería impuesto en la candidatura por la presidencia municipal, si bien no es rechazado del todo, tampoco ha crecido en preferencia ciudadana, aunque está peor el ex secretario particular del gobernante, Juan Manuel del Castillo, al que mandarán a disputar la curul distrital...

El minutero

A VENDER LA PATRIA
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) emitió el pasado fin de semana la convocatoria para celebrar su asamblea nacional, la número 21, los días 1, 2 y 3 de marzo con el objetivo, según lo anticipó su dirigente César Camacho Quiroz, de adecuar al instituto con los nuevo tiempos políticos del país, es decir, modernizarlo ahora que están de vuelta en la Presidencia de la República, a través del copetón Enrique Peña Nieto.
De acuerdo a la convocatoria atestiguada por quince gobernadores estatales, la asamblea pretende replantear y en su caso adicionar los documentos básicos del PRI, entre ellos su declaración de principios.
Ha dicho el dirigente que todo para hacer que el partido “sea más un cauce que un dique” para ayudar al gobierno de Peña Nieto a dar resultados. Toda esta palabrería es para adornar la intención final de la encerrona, la cual es derogar los principios revolucionarios para concretar la “derechización” del partido y el punto central, será eliminar el candado estatutario que impide privatizar los recursos energéticos del país, principalmente el petróleo. Dicho principio se ha mantenido inamovible en las últimas ocho décadas pues establece que los yacimientos de  hidrocarburos son patrimonio nacional.
Tal principio nacionalista ha impedido al tricolor apoyar las propuestas de privatización de la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) en los sexenios de Miguel de la Madrid – cuando inició el predominio de los tecnócratas o priistas de derecha, pro-empresariales y pro-norteamericanos-, de Carlos Salinas de Gortari – que vendió casi todas las empresas paraestatales- y de Ernesto Zedillo Ponce de León. También el mismo impedimento estatutario frenó a los priistas para apoyar los afanes privatizadores de los sexenios panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón.
Pero hoy como está de regreso en Los Pinos, el tricolor está más que dispuesto a aplanar el camino para que sus legisladores voten sin tapujo alguno las iniciativas de reforma energética que prometió Peña Nieto en su campaña electoral y que es una de las cuotas que tendrá que pagar a los poderes fácticos – entiéndase, empresarios y corporaciones transnacionales- que inyectaron dinero y perversidades para hacerlo ganar en julio pasado. El verdadero objetivo de la asamblea priista es la venta del petróleo y de la patria, y para ello preparan una cirugía mayor en sus intestinos, extirpando todo reducto de la Revolución Mexicana que les estorba para sus planes.
Los observadores consideran que finalmente, con ese cambio mayor también podrían resucitar la vieja idea salinista para cambiarle de una vez el nombre al partido pues el actual ya no le quedará más tras la derechización. En su sexenio, Carlos Salinas de Gortari – que hoy está de vuelta y es quien mece la cuna del copetón- intentó de manera soterrada hacerlo e incluso se llegó a manejar que podría ser el Partido de la Solidaridad (PS), en referencia al programa asistencialista “Solidaridad” con el que engañó a todos los ilusos que la pobreza había dejado de existir en México, lo que hizo brincar a todo el gallinero priista pues los viejos militantes, astutos como zorros, percibieron que el PS no sería de la Solidaridad sino el Partido de Salinas (PS).
Los plantes se vinieron abajo pero ahora, tras la asamblea del 3 de marzo, habría las condiciones para que el PRI ya no sea Revolucionario, y bien podría denominarse sólo Partido Institucional, aunque otros han aventurado que tal vez podría llamarse Partido de Centro-Izquierda y los más chuscos han sugerido que se llame Partido Copetudo y Orejuno (PCO) en alusión al peinado del nuevo gobernante y las orejas de Salinas de Gortari.

DEFENSA O GENUFLEXIÓN
Para la cirugía mayor en el partido se anticiparán asambleas municipales y estatales, a realizarse del 21 de enero hasta el 28  de febrero para después ir a la encerrona nacional nada más para que los delegados seleccionados levanten la mano –bueno, en realidad en todas será de levanta-dedos porque en realidad nunca se consulta a las bases, y éstas sólo sirven para simular democracia interna-. Lo más interesante de tal proceso será ver si hay reacción de los viejos militantes ante la derechización del partido, aunque sea mínima la expectativa de que surjan opositores al proyecto de desechar principios históricos.
Tampoco hay que olvidar que en el sexenio de Fox, cuando el panista en acuerdo con los priistas estaba decidido a privatizar Pemex, surgió un grupo de tricolores que lo impidió.
Entre ellos destacaron Manuel Bartlett Díaz, ex gobernador de Puebla y hoy senador por la izquierda que en ese entonces también era senador del PRI y logró reunir voces opositoras en la Cámara alta, entre las que destacaron Dulce María Sauri Riancho, ex gobernadora de Yucatán y ex dirigente nacional del tricolor. Ahora se verá quien sale a defenderlo o si todos los priistas optan por la genuflexión para sepultar su estatutos históricos.
Por lo menos en Veracruz se descarta cualquier voz opositora pues se acabaron los políticos de resonancia nacional y de pensamiento independiente. Los que actualmente manejan al partido y al gobierno en la entidad son neomilitantes, que nunca hicieron trabajo de base y muchos de ellos advenedizos, como sus mismos correligionarios lo dicen, porque “llegaron con la mesa puesta”. No saben ni de historia ni de nacionalismo ni de principios. Navegan con un pragmatismo torpe que los hace ir de tumbo en tumbo, y por eso sería un prodigio que  desde la aldea alguien encabezara un movimiento opositor al interior del priismo.
Por cierto, en medio de todo este camino de reacomodos hay quienes no descansan maniobrando desde las sombras para reaparecer en el escenario político pese al repudio que provocan. 
Uno de ellos es el ex gobernante estatal, aquel que no debe ser nombrado, quien volvió a filtrar a la prensa que está propuesto como delegado del PRI en Puebla para operar los comicios locales de este año, según lo declaró el diputado federal por esa entidad, Carlos Sánchez Romero, una finísima persona cargada de acusaciones de todo tipo.
La especie no es nueva porque ya la había filtrado en octubre del 2012 en sus escarceos para resucitar políticamente pero nadie le hizo caso. El innombrable no ha podido escapar del cesto de la basura a donde lo envió el copetón Peña Nieto. A principios del 2012 lo repudiaron como delegado especial para estados del norte del país, luego lo echaron de Chiapas donde quiso acomodar a su hijo en el gobierno de Manuel Velasco Coello y ahora que le puso la mira a Puebla, los bien enterados aseguran que al final lo mandarán a degustar el dulce típico de ese estado por órdenes del mexiquense.

SEMÁFORO ROJO
Y hablando del priismo, en Córdoba sigue en rojo de alerta el semáforo electoral para ese partido pues a tres meses de la fecha para seleccionar a sus candidatos a la alcaldía y la diputación local, y seis meses de los comicios del mes de julio, no repuntan en popularidad las propuestas de Palacio de gobierno. En las últimas mediciones el secretario del Trabajo, Marco Antonio Aguilar Yunes, quien sería impuesto en la candidatura por la presidencia municipal, si bien no es rechazado del todo, tampoco ha crecido en preferencia ciudadana, aunque está peor el ex secretario particular del gobernante, Juan Manuel del Castillo, al que mandarán a disputar la curul distrital.
Los sondeos entre los cordobeses y habitantes de la región arrojan a que a ninguno de los dos se les identifica con las bases, y en el caso particular de Del Castillo, ni siquiera lo ubican como residente de la localidad. Para ser más específicos, hay colonias y comunidades donde no lo conocen y aunque la estructura partidista ya se alineó y aceptó como su inminente candidato a la diputación distrital, no hay voto seguro ni en la militancia ni mucho menos en  la ciudadanía. El augurio es que repetirá la suerte de Francisco Cessa Servín.
En este contexto, hay algunas versiones sobre una orden de Palacio de gobierno para cerrarle el paso al rector de la Universidad Tecnológica del Centro de Veracruz (UTCV), Francisco Rangel Cáceres, quien aspira a la candidatura por la alcaldía cordobesa. El académico ha robado reflectores a los aspirantes favoritos y eso adiciona otro riesgo para el priismo si no hay una intervención quirúrgica en lugar de dar el manotazo y provocar el voto antipriista entre sus seguidores.
De ahí también la versión surgida en la última semana de que a Rangel Cáceres se le ofrecería incorporarse a un cargo en el gabinete estatal, aunque también hay quienes aseguran que está por ser llamado a la federación, concretamente en el área educativa, tras lograr el Premio SEP 2012 para la UTCV, y colocarla como la mejor universidad tecnológica del país. Otros más, apuestan a convencerlo para figurar en la planilla como síndico o regidor en el Ayuntamiento en un afán de no provocar más escisiones en el priismo local que acrecienten el riesgo de otro fracaso electoral. ¿Será?

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